El pequeño poblado de Mármol, fue, en un tiempo, un lugar prospero gracias a la fábrica de cemento que abastecía a todo Sinaloa, en la actualidad, su fábrica en ruinas es parte de su historia. El cruce de las vías del tren que algún día fueron una estación, aún siguen ahí, guiando al tren de carga, o a los pequeños carritos de reparación sobre las vías. Siguiendo la calle principal, después de cruzar las vías, hay un camino que nos dirige hacia otro pequeño poblado, que lleva por nombre, Lomas de Piaxtla, su pequeña, pero empedrada calle da la bienvenida quienes visitan esta zona.
Al terminar la calle empedrada, continua el camino de tierra con un poco de piedras, cruza la marisma por un pequeño puente erosionado pero resistente y al cabo de unos metros se asoma una pequeña entrada de agua, la cual cuando baja la marea, solo queda una pequeña vena que descarga la poca agua que le queda al estero, dejando ver los ejércitos de cangrejos, que danzan al salir y entrar de sus pequeños pozos que usan como guarida.Al momento de subir la marea, el lugar se inunda de agua, de tal manera, que la pequeña vena se convierte en un caudaloso estero que alberga gran cantidad de peces, es en ese momento en que los pescadores aprovechan para echarlas tarrayas al agua.
Caminando por el cause del estero, ya inundado, al llegar hasta la orilla de mar abierto, enormes piedras se afilan, las cuales año con año se van redondeando por la erosión del agua. A lo lejos se alcanzan a ver enormes bancos de arena que el mar se va tragando con el paso de las olas.